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Posted by : Yuki viernes, 3 de julio de 2015




"La vida en las calles de Aulgemir nunca ha sido fácil. Naciste como el hijo de una viuda de guerra con los honores de tener un padre considerado un héroe. Pero el honor no llena el estómago y desde muy pequeño tuviste que trabajar con tu madre en las bajas calles de la ciudad. Empezaste de ayudante en un pequeño tenderete del mercado, el vendedor era un hombre amable que se preocupaba por ti y tu familia pero cuando la codicia llama a la puerta pocas personas rechazan la llamada y no estabas entre ese selecto grupo.

Una tarde un grupo de hombres te propusieron un suculento trato, una carta de recomendación para la guardia de la ciudad a cambio de ayudarles con un pequeño ajuste de cuentas con tu benefactor, el anciano se había negado a pagar un chantaje de protección y debía recibir su merecido. Tu trabajo era fácil, solo tenías que dejar abierta la puerta aquella noche a la hora de cerrar y ellos se encargarían del resto. A cambio obtendrías un saco de monedas y una carta para entrar en la guardia, una oportunidad que ningún muchacho suele rechazar en su sano juicio.
Tu madre se dedicaba a mendigar en la nieve y tanto el dinero como aquella parte podrían arreglar vuestro futuro, sin pensarlo demasiado aquella misma noche les dejaste entrar y dejaste al pobre anciano a su suerte.
Por la mañana la ciudad despertó con la noticia del incendio de la tienda donde trabajabas. El anciano había sido degollado y habían prendido fuego a su negocio en la madrugada.
Cuando fuiste a recoger tu recompensa aquella tarde apenas podías hablar o mirarles a la cara, con tu carta y tus monedas sacaste a tu madre del arroyo y montasteis un pequeño negocio y con el tiempo la noticia se fue diluyendo, pero no tu sentimiento de culpa.
Trabajaste por tu ciudad durante años, como uno de los guardias más prometedores de tu promoción, siendo incluso propuesto por tus superiores para un ascenso, llevando siempre presente a tus espaldas, el nombre de tu heroico padre y clavado en el corazón la culpa de la muerte de aquel anciano.
Una noche acompañaste a un grupo de soldados a una patrulla y acabaste descubriendo la cruel verdad, el propio ejército en el que servías se dedicaba a extorsionar a los comerciantes de la zona, y aunque en aquel momento no te parecía mala idea sacar un sobresueldo, pero una mañana te encontraste con la tienda de tu madre destrozada y a ella con varias heridas.
Aquello fue demasiado y decidiste poner fin a ello. Esa noche los esperaste en las sombras y luchaste contra aquellos con los que habías hecho el mal el día anterior, tu idea se basaba en darles una pequeña advertencia y denunciarlos a la guardia pero descubriste que la propia capitanía de la ciudad estaba involucrada en ello, lo que implico tu expulsión de la guardia y una pequeña paliza de advertencia.

Decidiste que había llegado la hora de hacer las cosas por tu cuenta.
Quizás no exista más justicia que la que alguien está dispuesto a pagar. Quizás era el momento de ser un cazar recompensas y vivir de tus habilidades. Cada dia atrapas a aquellos que se te ha ordenado atrapar, cada noche bebes para olvidar las atrocidades que has hecho.
Quizás, algún día puedas dejar esta vida, aunque ha llegado a gustarte el sabor de la sangre y el oro que llena tus bolsillos. "

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