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Posted by : Yuki jueves, 2 de julio de 2015

“Tres veces fue bendecida con el milagro del nacimiento la Reina Breana,
La temible líder de las amazonas, del pueblo de Uru, más allá de las montañas.
Cuentan las historias que su primogénita, Kandra, fue engendrada por el propio Dios Soltar, el perro infernal, y fue dotada de su sed de sangre y su pericia con las armas.
La segunda de sus herederas, Idris, se presumía descendencia del propio dios Zelmarine, heredera divina de las habilidades y la inteligencia del mismo dios de las tormentas.
Desconocido fue el origen de la más pequeña de sus hijas, Nymeriha, que lejos de las grandes historias referidas a la concepción de sus hermanas, la reina, mantenía en secreto.
Algunos hablan de que fue el fruto de una derrota contra un gran héroe que osó desafiar a su reina, y había sido obligada a yacer con él, según las costumbres de la tribu, lo cual representaba una oscura sombra en el orgullo de la líder de Uru. Sea cual fuere, guardaba celosamente el secreto y siempre prodigó un trato más frio y distante con la más pequeña de su linaje. …”

Extracto de una narradora de historias de la Tribu de Uru



Naciste como la tercera hija de la Gran Reina Breana, líder de la tribu Uru, la más temida a lo largo de todas las tierras civilizadas por la ferocidad de sus mujeres guerreras.
Tus primeros pasos los diste entre la nieve del gélido clima de Ungoloz y tu campo de juegos fue la sala de batalla del clan, donde día a día te forjaste como el acero de una espada luchando con tus iguales y enfrentándote a tus hermanas mayores.
Desde muy temprana edad te diste cuenta de que parecías fuera de lugar, no siendo tan fuertes o corpulentas como tus hermanas, ni los mismos rasgos físicos, algo que se ocupaban de recordarte cada dia como la más “más débil” del linaje y quizás de la propia tribu de Uru.
Tu madre había sido en su juventud, la reina guerrera que había unificado a todas las tribus de amazonas del valle, quedando muy pocas de vosotras reunidas en la misma aldea, y siempre creciste a la sombra de sus incontables hazañas, sabiendo que algún día el trono debería caer sobre ti o una de tus hermanas.
Toda tu vida os han educado para vivir y morir en el campo de batalla, para llevar el nombre de vuestro pueblo con orgullo y para en un dia no muy lejano retar a vuestra madre y haceros con el liderazgo del pueblo y por ello cuando fuisteis consideradas dignas para reclamar vuestra mayoría de edad fuiste enviadas al mundo para prepararos como auténticas amazonas.
Durante meses has viajado con tus hermanas, llegando a crear con ella lazos más fuertes y cercanos a los que bajo la mirada de vuestra madre habríais podido permitiros pero todas sabéis que esta es vuestras últimas noches juntas.

Kandra, os citó a media noche en la taberna de la posada en la cual os estabais hospedando para hablar con vosotras.

- Hermanas mias. Os vi nacer y he derramado sangre junto a vosotras a lo largo de los años, sin embargo hoy, como dicta la tradición , debemos separarnos. Sabeis que en tierra extraña somos la voz y la sangre de las mujeres de Uru, pero además tenemos el honor de llevar la sangre de nuestra madre, la Temible Reina Breana, por lo cual nuestros actos traerán tanto la infamia como el honor a los nuestros, por eso tened siempre presente vuestras acciones.
Hace un año, partimos de nuestra aldea para entrenarnos y conocer el mundo y nuestra madre me pidió como la primogénita que cuidase de vosotras, pero ha llegado el momento de que nos separemos, nada más puedo ni quiero enseñaros, debéis ser vosotras las que obtengáis las cicatrices que os marquen para la batalla. Nuestra gente nos ha enseñado a luchar con valentía y con honor, aquí encontrareis a muchos y muchas que os señalaran con el dedo por nuestra forma de vida, os recuerdo que ningún hombre es capaz de compararse con nosotras, y nunca olvidéis recordárselo y limpiar cualquier ofensa ante esa duda. Para ayudaros en vuestro camino, nuestra madre nos entregó a cada una un presente que solo abriréis cuando nuestros caminos se separen, esperando que os ayuden en vuestro viaje hasta que volvamos a reunirnos.
Hermanas, en el plazo de un año, volveremos a reunirnos en las puertas de nuestra aldea para someternos al gran reto y obtener el trono de Uru, según la ley de nuestro pueblo. Desde este mismo momento no puedo volver a llamaros hermanas y cada una escogerá su camino. Si volvemos a encontrarnos cara a cara, seremos rivales y no dudare en alzar mi espada contra vosotras.
Que los espiritus de nuestras guerreras os guien y prometo que la próxima vez que nos encontremos, os inclinareis ante mi como vuestra nueva reina.-
Tras daros a cada una un cálido abrazo, Kandra escupió a vuestros pies y se marchó, dejando sobre la mesa de la taberna un paquete envuelto en pieles. Poco después tu hermana Idris te dejó también sola.
Al abrir el fardo encontraste un hermoso arco tallado con las runas de tu pueblo….eso implicaba que debías darle un nombre, pues ningún arma queda atada al alma de una amazona sin ser bautizada y desde ese instante debías cuidarlo como tu más fiel compañero, que no podrás utilizar hasta nombrarlo.

Ahí quedaste en la taberna con tu cuchillo en mano, para darle a tu arco un nombre digno de la hija de una reina…"

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